El génesis
urante
años, la ciencia ficción miró hacia un futuro en el que los robots fueran
inteligentes y los cyborgs, mezcla de humano y máquina, frecuentes: Terminator,
Matrix, Blade Runner y Yo, Robot son buenos ejemplos de ello. No obstante,
hasta la última década, cualquier estudio sobre lo que esto podría suponer en
el mundo real del futuro carecía de utilidad, ya que todo se consideraba
ciencia ficción y no realidad científica. Hoy, sin embargo, la ciencia no solo
se ha puesto al día, sino que ha incorporado, con ayuda de algunas de las ideas
lanzadas por la ciencia ficción, utilidades a las que aparentemente no lograban
llegar los argumentos originales y que en algunos casos siguen sin llegar.
Inteligencia
artificial, término que, en su sentido más amplio, indicaría la capacidad de un
artefacto de realizar los mismos tipos de funciones que caracterizan al
pensamiento humano. La posibilidad de desarrollar un artefacto así ha
despertado la curiosidad del ser humano desde la antigüedad; sin embargo, no
fue hasta la segunda mitad del siglo XX, cuando esa posibilidad se materializó
en herramientas tangibles.
El término Inteligencia Artificial
(IA) fue acuñado en 1956 por John McCarthy, del Instituto de Tecnología de
Massachusetts. En ese año se celebró la conferencia de Dartmouth, en Hanover
(Estados Unidos), y en ella,
establecieron las bases de la inteligencia artificial como un campo
independiente dentro de la informática. Previamente, en 1950, Alan M. Turing
había publicado un artículo en la revista Mind, titulado “Computing Machinery
and Intelligence” (“Computadora e inteligencia”), en el que reflexionaba sobre el concepto de inteligencia
artificial y establecía lo que luego se conocería como el test de Turing, una
prueba que permite determinar si una computadora se comporta conforme a lo que
se entiende como artificialmente inteligente o no.
Con
el avance de la ciencia moderna la búsqueda de la IA ha tomado dos caminos
fundamentales: la investigación psicológica y fisiológica de la naturaleza del
pensamiento humano, y el desarrollo tecnológico de sistemas informáticos cada
vez más complejos.
En este sentido, el término IA se ha
aplicado a sistemas y programas informáticos capaces de realizar tareas
complejas, simulando el funcionamiento del pensamiento humano, aunque todavía
muy lejos de éste. En esta esfera los campos de investigación más importantes
son el procesamiento de la información, el reconocimiento de modelos, los
juegos y las áreas aplicadas, como el diagnóstico médico.
¿Es tan simple como parece?
Cuando
pensamos en un robot, lo primero que nos viene a la mente es un pequeño aparato
con ruedas o tal vez una cabeza metálica más o menos parecida a la humana . Sea
cual fuere su apariencia física, nos inclinamos a pensar que el robot puede ser
manejado por control remoto por un humano, como en el caso de un robot capaz de
desactivar bombas, que puede ser controlado por un sencillo programa
informático o incluso que puede ser capaz de aprender a través de un
microprocesador como un cerebro tecnológico. En todos estos casos, consideramos
que el robot es simplemente una máquina. Pero ¿qué ocurre cuando el robot tiene
un cerebro biológico hecho con células cerebrales (neuronas) y posiblemente
incluso a base de neuronas humanas?

La
noción de robótica implica una cierta idea preconcebida de una estructura
mecánica universal capaz de adaptarse, como el hombre, a muy diversos tipos de
acciones, destacando en mayor o menor grado, las características de movilidad,
programación, autonomía y multifuncionalidad.
Sin
embargo, en la actualidad abarca una amplia gama de dispositivos con muy
diversos trazos físicos y funcionales asociados a su particular estructura
mecánica, a sus características operativas y al campo de aplicación para el
cual han sido diseñados. Es importante destacar que todos estos factores están
íntimamente relacionados, de tal forma que la configuración y el comportamiento
de un robot condicionan su adecuación para un campo determinado de aplicaciones
y viceversa, a pesar de la versatilidad inherente al propio concepto de robot.
Los robots se clasifican según su
campo de aplicación en robots industriales y robots de servicios. Van desde
robots tortugas en los salones de clases, robots soldadores en la industria
automotriz, hasta brazos teleoperadores en el transbordador espacial, lo que
evidencia que son utilizados en una diversidad de campos.
¿Programar o no programar he aquí el dilema?
Para
mí en lo personal existen dos tipos de informáticos; usuarios y programadores.
Los primeros los considero pasivos porque son personas que utilizan las
herramientas informáticas ya creadas: procesadores de textos, hojas de cálculo,
programas de diseño, etc., los segundos son los que se “hablan de tú a tú” con
la computadora estos manejan bases de datos y lo más importante lenguajes de
programación. Sin la programación la comunicación con los robots no se podría
dar ya que este debe recibir una secuencia de instrucciones para realizar una
acción.
Un lenguaje de programación consiste
en todos los símbolos, caracteres y reglas de uso que permiten a las personas
"comunicarse" con las computadoras. Existen varios cientos de
lenguajes y dialectos de programación diferentes. Algunos se crean para una
aplicación especial, mientras que otros son herramientas de uso general más
flexibles que son apropiadas para muchos tipos de aplicaciones.
Aunque
todos los lenguajes de programación tienen un conjunto de instrucciones que
permiten realizar dichas operaciones, existe una marcada diferencia en los
símbolos, caracteres y sintaxis de los lenguajes de máquina, lenguajes
ensambladores y lenguajes de alto nivel.
Los
lenguajes de programación son herramientas que nos permiten crear programas y
software. Entre ellos tenemos: C#, Delphi, C, PHP, Perl, Python, Visual Basic,
Pascal, Java, entre otros.
Una computadora es totalmente inútil
si no dispone de un programa capaz de procesar información, para que se realice
dicho procesamiento de información habrá sido necesario pensar, construir, y
crear un programa y ejecutar dicho programa o aplicación en la computadora.
Por
último la programación pretende que sus programas sean útiles y eficientes, de
muchs formas diferentes, la programación nos dará el mismo resultado de un
programa, un buen programador llegara al mismo resultado con un mínimo de
código y de la forma más clara y lógica posible, un código claro y legible
facilita el mantenimiento de la aplicación o sistema.
Los sistemas expertos utilizados en
inteligencia artificial son software o programas que emula el comportamiento de
un experto humano en la solución de un problema. Los sistemas expertos
funcionan de manera que almacenan conocimientos concretos para un campo
determinado y solucionan los problemas, utilizando esos conocimientos, mediante
deducción lógica de conclusiones. Con ellos se busca una mejora en calidad y
rapidez de respuestas dando así lugar a una mejora de la productividad del
experto.
Los
sistemas expertos pueden estar basados en reglas, es decir, disponen de unos conocimientos
predefinidos que se utilizan para tomar todas las decisiones aplicando
heurística o aplicando el razonamiento basado en casos, donde la solución a un
problema similar planteado con anterioridad se adapta a un nuevo problema.
Para los verdaderos expertos humanos supone un gran apoyo
que reduce tiempo y, en ocasiones puede realizar tareas por sí mismo. Pero,
para que un sistema experto sea una herramienta efectiva debe de poseer dos
capacidades: por un lado debe ser posible explicar los razonamientos del
sistema experto, por otro debe ser capaz de integrar nuevos conocimientos así
como modificar sus conocimientos obtenidos por otros mejorados.
Lenguajes de Programación para la Inteligencia
Artificial
En principio, cualquier lenguaje de
programación puede ser utilizado. Tradicionalmente LISP y PROLOG han sido los
lenguajes que se han utilizado para la programación de sistemas expertos.
Estos lenguajes brindan
características especialmente diseñadas para operar problemas generalmente
hallados en Inteligencia Artificial.
Una de las principales características
que comparten los lenguajes LISP y PROLOG, como derivación de su respectiva
estructura, es que logran ser utilizados para escribir programas capaces de
examinar a otros programas, incluyendo a ellos mismos.
LISP:
Su nombre viene de List Processor. LISP fue el primer lenguaje para
procesamiento simbólico. Fue desarrollado en 1958, en el Instituto de
Tecnología de Massachusetts
PROLOG:
PROgramming in LOGic (PROLOG), es otro de los lenguajes de programación
utilizados en IA. PROLOG fue desarrollado en Francia, en 1973 en la Universidad
de Marseilles.
OPS5:
Official Production System 5 (OPS5), es un lenguaje para ingeniería
cognoscitiva que aguanta el procedimiento de representación del conocimiento en
forma de reglas.
Ventajas de Sistemas Expertos
Permanencia: Una vez entrenado un sistema experto
con toda la información requerida, su capacidad de aprendizaje puede ser
incrementada y actualizada de acuerdo a las necesidades del cliente para todo
el trabajo presente y futuro.
Duplicación:
Una vez programado un sistema experto lo podemos duplicar infinidad de veces,
lo que se traduce en capacidad multi-operación.
Rapidez:
Un Sistema experto puede obtener información de una base de datos y realizar
cálculos numéricos mucho más rápido que cualquier ser humano, otorgando altos
niveles de procesamiento y capacidad de reacción inmediata.
Bajo
costo: Las personas adquieren tecnología de punta bajo un esquema de
costo/beneficio que beneficia con demostrados resultados en la inversión.
Fiabilidad:
Al ser un mecanismo basado en inteligencia artificial, y entrenado con todo el
conocimiento de la institución o empresa y su equipo experto, la confianza en los
resultados se maximiza al automatizar el conocimiento.
¿Quién dominara a quién?
Todos sabemos que la evolución tecnológica ha sido muy
importante en los últimos años. Haciendo una pequeña visualización a futuro, se
hace evidente que el impacto que tendrán los diferentes servicios de
telecomunicación, informática y sobre todo la inteligencia artificial o
sistemas inteligentes son derivados de esa evolución, en la vida de los
ciudadanos será cada vez más importante.
El
acceso a Internet será cada vez más rápido, la televisión se hará digital e
interactiva, los nuevos operadores ofrecerán alternativas interesantes a la
telefonía básica, la domótica entrará de lleno en los hogares, y a través de
los sistemas inteligentes puestos algunos ya en marcha en la medicina,
industria, agricultura.
Dentro de la sociedad en general la
Inteligencia Artificial es una de las ciencias que causa mayor impacto, el
aprendizaje de máquinas, resultando importante el proceso de realizar
comportamientos inteligentes, que un sistema pueda mejorar su comportamiento
sobre la base de la experiencia mediante el proceso de tareas repetitivas y que
además que tenga una noción de lo que es un error y que pueda evitarlo, resulta
muy interesante.
¿Puede
un sistema inteligente aprender a resolver algún problema y razonarlo a partir
de un ejemplo?
Esta
pregunta abordaba únicamente en la ciencia ficción hace tiempo, pero ahora con
los avances tecnológicos vemos que es posible que se realice este tipo de
actividades en un sistema esto ha llevado a muchos científicos al estudio
profundo de cómo es el aprendizaje sobre las redes neuronales que poseen esta
capacidad de aprendizaje por medio de parámetros que se adapten al sistema
artificiales para que así se tenga una respuesta deseada.
Como influirán mañana los sistemas
inteligentes en la vida de la humanidad, que papel desempeñaran en un futuro
más o menos lejano estos extraños mecanismos creados por el propio hombre casi
a su imagen y semejanza, quien diría que algún día una maquina fuera comparada
semejante al humano fuera capaz de realizar actividades con tanta exactitud, y
confiabilidad y que este sustituyera su trabajo, no lo sabemos pero es un hecho
que ocurrirá por lo tanto no queda más que prepararnos para las futuras
tendencias en la humanidad.
¿Pero qué
tan lejos nos encontramos de construir maquinas tan poderosas como el ser
humano?
Reflexión.
En la sociedad, dentro de las ciencias de la computación, la de la
Inteligencia Artificial es una de las áreas que causa más expectación. Que un
sistema pueda mejorar su comportamiento sobre la base de la experiencia y que
además, tenga una noción de lo que es un error y que pueda evitarlo, resulta fascinante.
No obstante, la realización de este tema, me ha servido para darme
cuenta de que la Inteligencia Artificial no es algo nuevo, lleva décadas de
estudio y está en constante evolución. La realidad es que la mayoría de la
gente, al hablar de inteligencia artificial tiende a relacionarlo con el mundo
de la robótica y, más concretamente a los robots con formas humanas, capaces de
relacionarse. Al desarrollar el tema he
descubierto que no es así. La robótica existía mucho antes de la inteligencia
artificial.
Resulta también interesante que, al encontrarse en constante
evolución, encontramos antiguas referencias de robots en la ciencia ficción que
ahora sabemos que son posibles a medio o largo plazo.
Los métodos tradicionales en Inteligencia Artificial que permitieron
el desarrollo de los primeros sistemas expertos y otras aplicaciones, ha ido de
la mano de los avances tecnológicos y las fronteras se han ido expandiendo
constantemente cada vez que un logro, considerado imposible en su momento, se
vuelve posible gracias a los avances en todo el mundo, generando incluso una
nueva mentalidad de trabajo que no reconoce fronteras físicas ni políticas. Por
ello, soy optimista en relación al futuro siempre que se respeten los
límites culturales y éticos. Creando siempre máquinas capaces de ayudar al ser
humano, de sustituirlo en tareas desagradables, duraderas, pesadas o como
complemento de ocio.
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